Dos cabezas piensan mejor que una y dos corazones tienden a sentir más emociones juntas. Coautores, banda, dúo y pareja, Alejandro y María Laura son un proyecto peruano que, si no has tenido el gusto de saborear, te dejará asombrado por su plasticidad y ánimo de renovar la música. Con diez años de trayectoria, y tres LPs en su haber, son un referente obligado en la nueva ola de músicos peruanos. Ahora probaran fortuna en México con el lanzamiento de su cuarto álbum.

Fue en 2011 cuando Paracaídas, su disco debut, sorprendió a la escena local y obtuvo Disco de Oro por sus ventas. Ya desde aquel momento, la propuesta estaba clara: explorar la fantasía para contar historias; abrir sus oídos a cualquier forma musical hasta hacerla propia y profesar un amor a ultranza por la canción, cuidando cada una hasta el máximo detalle. Salpicados de folk, de pop, de jazz y de cualquier ritmo que caiga entre sus manos, los temas de Alejandro y María Laura estimulan cuerpo e imaginación.

Luego de aquel primer disco llegaron Fiesta para los muertos (2013) y La casa no existe (2017), álbumes que los colocaron a la cabeza de una singular corriente que brotó entre las canciones para bailar y las canciones para escuchar. Esta corriente brilla por su diversidad ya que, a pesar de que el sonido de cada proyecto es muy diferente, coinciden en un elemento: su creación ecléctica y original. Sin embargo, y a pesar de su enorme talento, la proyección fuera de Perú ha sido complicada.

Hoy, Alejandro y María Laura buscan tender un lazo con México y lo hacen promoviendo los adelantos de lo que será su cuarto material discográfico: los sencillos “La princesa y el río” y “Sana sana”, dos canciones que apuntan en direcciones distintas pero que se reúnen en la misma invitación: cuestionar a través todo lo que creemos del mundo y explorar sin miedo todas las posibilidades que brinda la plasticidad musical.

“La princesa y el río” envuelve con ternura una dosis fuerte de ironía, pues pone en duda las ideas del amor romántico de princesas, tan poblado de mentiras, injusticias y estereotipos. “Sana sana” es, por su parte, un canto dedicado a la naturaleza, inspirado por ese cántico que se le dedica a los niños: ‘sana sana, colita de rana’. Lanzado en el marco del Día de la Tierra, y en acompañados por la organización Conservación Internacional Perú, el tema carga también un giro singular, pues su coro, “Sana, sana, sana, sana / Si no sanas hoy, quizás, ya no habrá mañana”, da al clavo con la situación por la que atraviesa el mundo hoy día.

Ambos temas ya están disponibles en plataformas y fueron creados en el contexto del distanciamiento social. Parte de la grabación, la correspondiente al dueto, se llevó a cabo en el estudio que a base de esfuerzo lograron funda: Paracaídas; María Elena Pacheco, violín en “La princesa y el río”, grabó desde su hogar, y Javier Barría, su productor, también trabajó a la distancia. Es con este par de temas, e invitando al público a escuchar sus anteriores producciones, que Alejandro y María Laura buscan crear un lazo con México y enganchar nuestra curiosidad con sus excelentes canciones.

Conoce a Alejandro y María Laura. Escucha “Sana, sana” aquí